El curso pasado estuvimos recogiendo los restos de frutas y verduras que se generaban en el recreo, es decir, peladuras de plátano, pieles de naranjas y mandarinas, corazones de manzanas, cáscaras de melón, etc.
Al cabo del tiempo, estos restos se han transformado por la acción de los microorganismos y otros seres vivos, en abono orgánico, rico en nutrientes para las plantas y el suelo. Este proceso de descomposición se denomina compostaje.
Este es el interior de una compostera, con los restos ya descompuestos. Pero, para que nuestro compost tenga una buena presentación, hemos realizado una serie de acciones:
1º- Sacamos los restos de la compostera y los colocamos en una criba, que está sobre un saco.
2º- Aplastamos bien los restos para que se extiendan sobre la criba, y cribamos el contenido.
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